Capítulo 1
En uno de los muchos pueblos de España , de estos que dice la gente que
están perdidos de la mano de Dios, se encontraba un modesto convento
La fachada de piedra sólida mostraba el paso del tiempo,dando testimonio no
solo de la antigüedad sino también de cierto carácter místico.
Los arcos y las ventanas enmarcaban la fachada, lo que permitía que la
suave luz del Sol acariciase con delicadeza los muros del convento cada
mañana. Podría decirse que las jóvenes monjas del convento, encontraban
en ese despertar natural cierta sensación de renacimiento y de conexión con
lo divino.
En un extremo del edificio, se alzaba, imponente y majestuoso, el
campanario. Desde su punto más alto, Dennis tenía unas vistas inmejorables
pudiendo vislumbrar tanto la belleza del convento como de la maravillosa
naturaleza que lo rodeaba.
Dennis, un hombre negro ,de unos 35 años , era en el convento el hombre
para todo o manitas , se había adaptado a la perfección en el convento y a la
vida monástica.Huyendo de la pobreza y del horror de la guerra en su
país,había hallado un refugio físico y espiritual en aquel convento. Encontró
en la tranquilidad del lugar y en el servicio a los demás, la paz que nunca
antes pudo conocer ni disfrutar. Durante varios años en aquel convento, su
corazón y su alma abrazaron la paz.
Hasta que llegó una chica, de una belleza excepcional.Aunque Dennis había
desnudado mentalmente a la monjita centenares de veces y recorría en sus
sueños, tanto despierto como dormido, el cuerpo de la mujer , el hábito
monástico que cubría su figura esbelta y armoniosa, para él no ocultaba su
belleza, sino le confería cierto componente erótico y de misterio, que
avivaban aún más los deseos de Dennis.
De larga melena rubia, cayendo en cascada por los hombros sus ojos
azules, brillantes como dos joyas preciosas , que se suponían destinados a
simbolizar la pureza de una monja joven e inocente , no le transmitían eso a
un atormentado Dennis.A Dennis no le gustaba lo que le hacía sentir esa chica, porque despertaba
sus más bajos instintos sexuales.Eran muchas las noches , desde la llegada
de la joven, que tenía fantasías sexuales con la monjita, erecciones
involuntarias al verla o solo al pensarla, muchos desvelos en los que
despertaba sobresaltado diciendo su nombre en la noche , como única
compañía a la Luna.
Dennis se dirigió al campanario , y tocó en repetidas ocasiones la campana,
para despertar a las que no lo hubieran hecho al llegar los primeros rayos de
Sol del día.
Teresa, que atormentaba la mente del hombre para todo del convento, que soñaba
con tocar los pechos generosos de la muchacha , ¡que lástima que se hubiera
hecho monja! , caderas que invitaban a las fantasías más pervertidas de Dennis.
Desde hacía algo más de un mes, soñaba con quitarle sus hábitos y ver lo bella que
era , en cuerpo y alma, y comprobar si los ángeles existían.
Teresa, ahora la Hermana Teresa, se despertó con la serenata de la campana
que resonaba a lo largo y ancho del convento, como si de un llamado
celestial se tratase que marcara el inicio de un nuevo día de servicio y
devoción a Dios.
Con calma serena, se levantó de la cama y se cubrió con los hábitos . Se
arrodilló en un rincón de su humilde habitación,entrelazando las manos , en
un gesto de plegaria, recitando sus oraciones entre susurros suaves y
reverentes.
A mitad de la plegaria, comenzó a llorar , como todas las mañanas, las
lágrimas brotaban profusamente de sus ojos,y como todas las mañanas, sacó
una pequeña fotografía , escondida a conciencia debajo de la mesita de su
habitación.
Ella lucía un largo vestido rojo, con un escote provocativo, donde al igual que
en su vida monástica se le mostraba el alma, aunque de otra manera, los
hombres , cada uno a su lado, tenían una mano en su hombro.
Eran su padre y su hermano, temidos mafiosos , dedicados a cualquier
actividad ilícita existente. Héctor , su padre, fue el capo durante décadas,
hasta que su hijo, Pablo, tomó el control. Su hermano estaba tan
obsesionado con las mafias italianas, su estilo de vida y su organización que
se hacía llamar Paolo. Mató a su padre y Teresa, horrorizada , buscó refugio
en un convento.
Teresa , con los hábitos puestos de monja, miró a la Teresa de la foto, y rió,
aunque las lágrimas le corriesen por la cara.
– Estaba buenísima- se levantó, tras volver a esconder la foto debajo de
la mesa. – Estoy buenísima todavía.
Con paso decidido Teresa salió de su habitación , dejando un poco atrás el miedo
que la paralizaba, se sentía lista para enfrentar al mundo. Mientras las monjas
salían de sus respectivas habitaciones, Dennis estaba expectante, justo fuera del
convento ,detrás de la verja que separaba a esas mujeres del resto del mundo.Observaba, ansiosamente, esperando que pasara su Teresa ,hasta que al fin el
deseado momento llegó, la joven solo le miró dos instantes, pero le guiñó un ojo .
Ese guiño provocó que se le acelerara el corazón, y no sólo influyó sobre su núcleo
palpitante. Notó la erección mas fuerte de su vida.
– Baja, amiguito, no es el momento.No es el momento- vió alejarse a Teresa ,
rodeada del resto de Hermanas.
Desde ese momento Dennis tuvo un objetivo en mente más allá de cuidar los
jardines y mantener el convento en buen estado. Tenía que llegar hasta su monja
preferida y estar a solas.
Teresa entró junto al resto de Hermanas , todas jóvenes, ninguna llegaba a los 40, a
la capilla del convento. En la capilla, esperaba la Madre Superiora, acompañada de
un atractivo sacerdote, de pelo oscuro, una mirada penetrante que al entrar Teresa
se fijó en ella. La chica se comía con los ojos al sacerdote. No era la única. Varias
compañeras se reían con risitas nerviosas y se sonrojaban mirando al sacerdote.
La Madre Superiora miraba estricta a las jóvenes y carraspeó. El cura sonreía,
mirando a cada una de las monjas.
– Hermanas , este es el Padre Daniel . Viene de Valencia. Espero que sepan
tratarle. Vendrá todas las semanas a dar la Santa Misa y a confesaros.
Aprovéchenlo.
La Madre Superiora se retiró de la capilla y dejó a las monjas con el joven
sacerdote.
Paolo, el hermano mafioso de Teresa,llevaba una vida distinta a la huidiza de su
hermana. Estaba acariciando el torso desnudo de una chica húngara, de la cual
ignoraba la edad, el nombre y hasta ponía en duda de si había hablado con ella la
noche anterior.Al lado de la chica húngara, estaba una imponente mulata , atada
con las manos a la cama, que miraba con impaciencia a Paolo.
– Que putas que sois las mujeres. Un poco de dinero y ya os despelotáis. No
valoráis nada más que el dinero.
– El dinero es lo que da de comer, parcerito- respondió la chica mulata.
– Eso es verdad, pero no todo es dinero. ¿ Verdad que no, zorrita?
Paolo comenzó a acariciar más abajo a la húngara. La chica gimió.
– Que coño tienes cacho puta. ¿Este el tamaño normal del chocho húngaro?-
miró con sonrisa pícara mientras le introducía primero dos dedos a la joven,
y al ver que la chica entrecerraba los ojos de placer y gemía más fuerte,
introdujo otro dedo más y fue metiendo más profundos los dedos.
La húngara cada vez gemía y gemía más fuerte, Paolo notaba cada vez más
húmedo el área de acción y aceleró.
– ¡Eh! Yo también quiero, cabronazo- gritó la mulata , tratando de levantarse
inútilmente, al estar atada con fuerza, por el propio gangster la noche
anterior.
– Shut up- gritó enfadada la muchacha húngara, mientras Paolo reía y
acercaba su rostro para comerle el coño, mientras cada vez metía más y más
rápido los dedos.Ya con la cara , al lado de la zona íntima de la joven, sonrió y miró a la joven mulata.
– Déjame comer mi desayuno tranquilo, , puta, luego voy a por ti- le propinó
una bofetada en la cara a la chica, que sonrió.
Introdujo la lengua en los “labios “ de la chica, ,en aquel momento se percató
de que tenía un piercing la chica ahí , y cerró los ojos , para disfrutar más del
manjar. El gangster, con la cabeza enterrada entre los muslos de la joven,
aceleraba cada vez que notaba que la respiración de la chica se aceleraba y
entrecortaba…que era cada pocos segundos. Sabía que pronto llegaría el
momento de mayor éxtasis de la zorrita, la joven empezó a apretar la cabeza
del mafioso contra su vulva, y la victoria total llegaría poco después. Que
dijera su nombre.
– Paolo, ¡fuck! – las piernas de la chica de Europa del Este se
estremecieron.
Pero Paolo no se detuvo ahí, no se pararía hasta hacer chorrear a la chica húngara,
mojar las sábanas y darle la mejor comida de coño que hubiese tenido en su vida.
La joven empezó a sentir la estimulación tanto de la vagina como del clítoris ,
sintiendo electricidad y temblores, pero Paolo no se detenía , alcanzando un
ansiado punto diagonal al vientre, el punto anterior a la vagina, el punto G.
La joven húngara tuvo un torrente de emociones , humedad, calambres, sabores
salados y dulces en la punta de la lengua, hasta que al final después de muchas
emociones intensas de microsegundos…se vino. Pocos segundos después escuchó
las carcajadas del capo, abrió los ojos y vió el rostro mojado del gangster,
secándose con una toalla.
Echó a reír al ver al gangster ,que se acercó y la agarró del cuello, con fiereza.
– ¿ De que te ríes, putita?
La chica miraba entre asustada y cachonda a Paolo , que dejó de ejercer presión
sobre el cuello de la muchacha .
– ¿Cómo te llamas? ¿ What is your name, cutie?
– Natasha.
Paolo se acercó para besar a Natasha , primero en una de sus enormes tetas
, pasando la lengua por el pezón y por toda la teta. Después besó con pasión
los labios pintados de rojo de la escort, mientras la muchacha latina esperaba
ya sin hacer ruido.
El capo dejó a Natasha y se aproximó a la bella compañera de cama. La cara
era angelical, pero como le gustaba al mafioso, tenía ese rostro que le
confería cierto aura de puta , unas tetas enormes y un culo esculpido por los
dioses.
– Lo siento si te he hecho esperar, pero lo bueno se hace esperar. ¿ No?
– Eres un hijo de la gran puta , chupapollas cabrón.
Paolo se sentó al lado de ella, tranquilamente.
– Ese lenguaje no es propio de una dama. Es más bien propio de una puta .
La mujer empezó a reír, irónica.
– Es lo que soy.Paolo se bajó el pantalón, desató a la bella latina y se colocó entre las dos
prostitutas.Ambas se quedaron mirando a Paolo, que las observaba, tumbado en la
cama.
– Bueno, ya me he cansado de tanta queja. Hacerme una patriarcada y
descargadme los huevos.
Natasha le empezó a chupar la polla, mientras la otra muchacha le comía los
huevos. Paolo sacó un puro y se lo encendió, y tras echar una larga calada
de su puro habano, y observar como las dos chicas se la comían
afanosamente,una pasando la lengua repetidamente por el glande, y la otra
pasando la lengua de abajo a arriba de la verga. Cerró los ojos.
-Esto es vida- suspiró mientras notaba como una de las dos se la comía entera.
Mientras se la chupaban, pensó en su hermana. Tenía a muchos de sus hombres en
su búsqueda. ¿Dónde estaría Teresita? No quería que su hermana pensara de él
que era un villano .
– Ponte encima, panchita . Te voy a comer entera. Tu, la otra puta, sigue chupando-
la mulata puso su enorme trasero encima del gangster.
– Mientras me comes el coño que sepas que me llamo Carol.
Paolo trató de imaginarse el paradero de su hermana, mientras estaba en el trío.
Tendría que encontrarla, pero antes tenía que satisfacer a esas dos mujeres.
Laura era una chica modosita, tirando a mojigata, hija de padres conservadores, de
los que van todos los domingos a misa y se alarman por ver una minifalda o un
escote “ excesivo”. Como hija única que era, tuvo que soportar desde la más tierna
edad la constante represión de sus propios apetitos.
Tenía ya 19 años, y aún conservaba su condición virginal. Pero eso no era lo peor
de todo. Le gustaban las mujeres, lo que no se veía capaz de decirle a sus estrictos
padres. Pero lo tenía claro, desde el instituto cuando no miraba a los chicos , sino a
las muchachas con minifaldas, escotes,etc. Aunque siempre se había reprimido con
la gente, cuando se encerraba en su habitación , devoraba literatura erótica lésbica
y cualquier vídeo porno en el que aparecieran mujeres. Dos por lo menos.
Era dificil conciliar para ella lo que quería con sus padres, que desde años atrás le
preguntaban , cada vez más insistentes y extrañados el porque no tenía novio o
chicos detrás de ella. Al final, como es lógico , sus padres se terminaban inventando
teorías.
El padre insistía en que Laura debería dejarse el pelo largo, para no parecer un
chico, y la madre la tachaba de sosa y que así no se le acercaría ningún hombre.
Cuando llegó a la Universidad, decidió buscarse también un trabajillo que le
permitiera ganar un dinerillo, que le compatibilizara trabajar y estudiar al mismo
tiempo. Cosas del destino , echó currículum en un sex-shop y la cogieron. Los
primeros días se alarmó de ver succionadores, vibradores, dildos , huevos
vibradores, disfraces eróticos y hasta sprays para el rendimiento de los hombres.
Con el tiempo, como todo, se acostumbró. Decenas de clientes y clientas pasaban a diario por la tienda, algunos muy cortados , otros, todo lo contrario preguntaban por
algo que estuvieran buscando.
Ya era de noche, a punto de cerrar la tienda, cuando entró una despampanante
mujer alta rubia, ojos verdes, con un vestido ajustado que revelaba el enorme
tamaño de lo que en su interior se escondía. Laura, no pudo no mirar a las tetas de
la clienta, ésta rió y chasqueó los dedos para que la mirara a la cara.
– Cariño, mírame a los ojos , haz el favor, es un gesto de mala educación
mirarle las tetas a las clientas. Aunque es comprensible- se acercó mientras
se miraba sus pechos.
– ¿Qué…qué quiere usted? – preguntó con voz trémula Laura, mientras
comprobaba que de cerca era aún más guapa, facciones perfectas y una
sonrisa que ya la ponía a mil.
– ¿ Tú eres lesbiana , verdad?
El shock que le generó la pregunta a Laura fue absoluto. Nunca escuchó esa
pregunta, nunca nadie habló con ella sobre que es lo que le gustaba.
– Ehhh.si.
– Para trabajar en un sex-shop te veo muy parada. Y muy joven. Necesitas
hacerte mujer, me da a mi- dijo mientras le echaba un vistazo a Laura , con
mirada lujuriosa, la chica se sentía desnuda , mientras la clienta pasaba la
lengua por sus labios, y sonreía como una pervertida.
– No estoy acostumbrada a hablar así con una clienta.
Hubo un breve silencio entre las dos mujeres.
– Bueno, quería un uniforme de policía.
– Ahora mismo se lo traigo-asintió Laura, dirigiéndose al interior del almacén.
Repleto de disfraces eróticos, de enfermeras, de monjas, kits de esclavitud ,
tanto para el dominador como para la persona dominada. Finalmente,
encontró el disfraz de policía y se lo llevó a la clienta, no sin antes quedarse
mirando unos instantes el culo de la clienta, que estaba de espaldas al
mostrador.
– Ya estoy aquí – depositó el disfraz encima del mostrador.
– Gracias, guapa- respondió de espaldas . – ¿ Cuánto es?
– Cuarenta.
– Toma ahí en efectivo. Hay que aprovechar antes de que lo prohíban.¿ No te
parece?
– Si- contestó sin pensar Laura. Notó que la estaba observando , la Laura
tímida hubiese apartado la mirada o la hubiese bajado al suelo, pero la LAura
empoderada de ese momento miró fijamente a la otra mujer, disfrutando de
las vistas.
– ¿Te gusta lo que ves ?
Laura asintió, tragando saliva.
– Cierra la tienda y vayámonos de aquí.
Cinco minutos después, Laura estaba sentada como copiloto en un Mercedes AMG
GT, escuchando Kylie Minogue a todo volumen.
– ¿ Cómo te llamas y a que te dedicas?- Jajajajaja, eso tendrías que haberlo preguntado antes de haberte subido a mi
coche , bonita. Ya es muy tarde para que te escapes.
– No estoy acostumbrada a estas situaciones, ¿vale?
– Me llamo Nicole y soy ladrona profesional. A veces, asesina a sueldo y
mercenaria. Pero mi vocación es quitarle dinero a los ricachones.
Laura se quedó observando a la pilota , y sonrió.
– ¿ Y adónde me llevas?
– A un sitio que seguro no te han llevado papá y mamá.
Poco después, aparcaron frente a un club de striptease,iluminado por luces de neón
destellantes. se escuchaba la música,y las voces de las chicas y de clientes se
entremezclaban con el rugir de los motores.
El club estaba cubierto por un letrero parpadeante que decía “ Fantasy Night Club”,
Nicole y Laura se acercaron a la puerta principal,donde se encontraron con un
portero corpulento que les saludó con una sonrisa forzada.
Al entrar las dos mujeres en el club, se fijaron en los focos que iluminaban el
escenario central, donde varias chicas bailaban y se tocaban de manera sensual,
atrayendo todas las miradas.
Pronto las miradas de algunos clientes se posaron en las dos mujeres que entraban
en el club. Algunas miradas fascinadas por la belleza de Nicole y otras miradas
más deshinibidas.
– Uhhh, como están estas tías- dijo uno de los hombres, un hombre de unos
70 años. Nicole se le acercó y le pegó un rodillazo en los huevos.
Laura siguió a Nicole en el camino hasta el mostrador, llena de confianza en sí
misma, mientras observaban , desde primera línea, lo ajetreado del lugar,
camareras mezclando cocteles y llevando bandejas de unas esas a otras, llenas de
bebidas. El suave murmullo de la multitud y las risas resonaban por todo el local, el
sonido tintineante de los vasos y el sonido de las conversaciones dominaba el lugar.
Laura se fijó en las bailarinas, eran las protagonistas de la escena, no solo porque
los focos las iluminaran a ellas, ni porque tuvieran público, sino porque bailaban
seduciéndose a si mismas. Y se notaba. Apenas miraban al público que estaba
completamente entregado, dedicándoles piropos y más de uno el sueldo del mes,
cuando se acariciaban las caderas, las piernas, el culo, las tetas o los labios lo
hacían mirándose a si mismas.
Mientras Nicole llamaba a una de las camareras( todas vestidas con un vestido
insuficiente para tapar las zonas íntimas del cuerpo, además de semitransparente,
para mostrar pero al mismo tiempo jugar con la imaginación ) Laura permanecía
embobada observando a una de las bailarinas. En un momento dado, no sabría
decir si una de las chicas le lanzó un beso a ella o a otra persona. Lo cierto es que
se sonrojó y se excitó.
– Hola, guapa. Dame dos Cosmopolitan, gracias.
La camarera asintió, sonriente, y se dió la vuelta para coger la bebida. Nicole
le miró el enorme culo, que de semitransparente poco.
– ¿Qué estás mirando?- dijo Laura , sacándola de sus pensamientos.- Pues- respondió apartando lentamente la mirada de la camarera, y
mirando a Laura, que la contemplaba risueña- estaba pensando en si
eso tendría que pagar el IBI. Ocupa mucho espacio- miró hacia arriba,
a la segunda planta. Desde su posición podía ver la segunda planta
del local, pero estaba casi a oscuras.
– ¿ Y cuándo te pondrás el traje de policía?- volvió a sacar de sus
pensamientos a Nicole.
Nicole contempló a Laura ,seriamente, y después sonrió.
– Es un traje erótico, no vengo para llamar la atención, cariño- puso una mano
en el rostro de la joven.
– Pues lo has hecho, créeme, al golpear a ese tío- contestó Laura entre risas.
– Hazme un favor,¿quieres?Cállate y dame un beso.
La suave luz de las velas que adornaban casi toda la primera planta ,
proyectaban sombras sobre sus rostros, y creaba esa atmósfera mágica que
solo dan el erotismo y la sensualidad. La mirada de ambas mujeres, el brillo
de los ojos que denotaba esa intensidad inconfundible que da el mirar a
alguien cuando realmente te gusta, acompañada por la música del Fantasy
Night Club.
Nicole se acercó lentamente al rostro de Laura, y rozó sus labios con los de
la chica. Lo que comenzó en un beso superficial , rápidamente, se convirtió
en un beso apasionado. Era la primera vez de Laura, pero no se sintió
nerviosa, solo quería disfrutar del momento. En ese mismo momento, supo
que por mucho tiempo que pasara y por muchos lugares a los que fuera, esa
noche, esa música, esa mujer y ese instante jamás lo olvidaría. Tras esos
instantes , en los que era difícil precisar si fueron tan solo unos segundos o
toda una eternidad, Nicole y Laura dejaron de besarse.
– Los dos Cosmopolitan. No quería interrumpir el momento mágico- les
sirvió las dos bebidas a las chicas. Nicole cogió su bebida y se sentó
en una mesa cercana al mostrador, y volvió a mirar a la segunda
planta. Laura le dió un pequeño sorbo a la bebida, y se sentó al lado
de Nicole. Ya estaba notando las mariposas en el estómago, mientras
no le quitaba ojo a la mujer rubia. Nicole seguía con la mirada fija,
hasta que vió aparecer al hombre por el que había ido al club. La chica
con las tetas al aire , con una ametralladora tatuada en el cuello, y el
estar rodeado de varias mujeres y guardaespaldas lo volvían una
persona fácil de reconocer. Era Paolo.
Teresa volvía a su habitación después de la Misa, no había conseguido quedarse a
solas con el cura. Ya se lo follaría otro día. Abrió la puerta de su habitación y se
quitó sus hábitos. Los colocó en su humilde percha y se desnudó completamente.
– Dios existe- dijo una voz de hombre. Teresa trató de taparse sus partes
íntimas con las manos , pero Dennis se acercó y las apartó.
– ¿ Qué estás haciendo? ¿ Porqué estás aquí?Dennis acarició el cuerpo desnudo de la chica y acercó su pene erecto al trasero de
la joven.
– No sé , monjita, necesito entrar en tu cuerpo como el Espíritu Santo en María.
– Soy una monja- dijo tratando de desembarazarse de Dennis , que se estaba
bajando los pantalones.
– Vamos,nena, Teresa querida. yo sé que tu quieres- empezó a acariciar los
senos, erectos de la joven. Pesaba cada pecho como un melón, suave y
acogedor. Dennis acercó la cara a las tetas de la chica y posó la cabeza entre
ambas.
– Si, que quiero. Pero debes saber quien soy, no quiero involucrarte en nada.
Dennis no escuchaba a Teresa, sacó al completo su enorme verga y la pasó por el
sagrado agujero de la joven. La muchacha alucinó al ver la longitud de la polla de
Dennis, pero más se asombró al comprobar el enorme grosor.
– Joder.¿Dennis, eras no?
– Me puedes llamar como quieras.
– Menuda polla tienes. Será verdad lo que dicen de los negros. Nunca había
estado con uno.
– Pues baja y chúpamela- la joven se arrodilló y entrelazó las manos, en señal
de plegaria, mientras comenzaba a pasar la lengua por el pene erecto de
Dennis. Éste cogió los hábitos de la monja y se lo puso por encima a Teresa.
– Espera, nena, que quiero comerte el coño a la vez. Pongámonos en la cama.
Teresa posó su enorme culo en la cara de Dennis , que cerró los ojos y suspiró ,
como satisfecho por una gran victoria. Los cuerpos de los dos se pegaron el uno al
otro al máximo, Teresa comenzó a saborear el miembro viril del hombre como si de
un cucurucho se tratara y Dennis empezó a lamer a la chica. Pronto las piernas de
Teresa comenzaron a temblar y Dennis apretaba la cabeza de la joven contra su
enorme pene, provocándole arcadas a la joven y que pusiera los ojos en blanco.
Teresa tenía claro que sin arcada no hay mamada, y mientras ensalivaba más y más
la gruesa verga de Dennis sentía que sus agujeros se estaban agrandando. Dennis
se levantó y cogió a Teresa en pleno vuelo, la colocó encima de él , a la altura de su
polla, y se la comenzó a follar sin compasión, agarrándola del cuello y tirándole de la
larga melena. Arriba, abajo, arriba, abajo, Dennis encontró el cobijo entre las piernas
de Teresa, dentro, fuera, dentro, fuera, cada vez más fuerte. Mientras escuchaba los
gemidos agudos de la joven , que solo provocaban una erección más y más fuerte a
Dennis,empezó a besar a Teresa.
Ambos se sumergían en la fragancia del otro, con los besos y caricias , mientras
Dennis penetraba incansablemente a la chica. Colocó a la joven,en dirección hacia
la cama, y comenzó el sexo anal. Teresa se agarró a la almohada, y empezó a
morderla al acelerar Dennis el ritmo de su penetración. El hombre cumplió su
objetivo: tantas noches de fantasías eróticas con la chica como protagonista y
responsable, tanto tiempo reprimido, todo cesaba ese día. Mientras se inclinaba
sobre ella, para poder profundizar más en la penetración, cerró los ojos y la agarró
de los enormes pechos. Teresa, por su lado, trataba de evitar un grito , de lo fuerte
que se la estaban follando. Tras varios minutos de follada , Dennis empezó a notar que se iba a correr. Aceleró hasta notar ese calor , que precede siempre a correrse,
y empezó a salir todo el semen , dentro de Teresa, que trató de alejarse, pero
Dennis la agarró con fuerza del cuello y la empujó hacia el , mientras no paraba de
correrse dentro de ella. Cuando terminó de correrse, sacó el pene de dentro de
Teresa, lo golpeó dos o tres veces en el culo de la joven , y se puso los pantalones.
Teresa se tumbó exhausta en la cama.
– La próxima vez me correré en tu cara- dijo Dennis.
– Si, o en mí hábito. Le daría un toque original. ¿Cómo saldrás de aquí ?
– Muy sencillo, nena. Esta habitación tiene un secreto.
Dennis se acercó a la pared opuesta a la cama, donde cuelga un delicado tapiz.
Tejido con hilos dorados, Dennis colocó una mano sobre el tallo de una rosa que
entrelaza sus pétalos. Al instante, con un suave crujido, la pieza de la pared se
separa , deslizándose silenciosamente para sorpresa de Teresa.
– Esto, nena. Me vuelvo a mi guarida. Dame un beso de despedida,¿no?
Teresa se acercó a Dennis y le dió un beso apasionado.
– Ven cuando quieras- le guiñó un ojo. Dennis entró en el pasadizo, y mientras
se cerraba lentamente la pieza de la pared que albergaba el misterio, y se
despedía con la mano de la muchacha, alguien llamó a la habitación de
Teresa.
Pero ya Dennis se sumió en la oscuridad. Empezó a palpar , a ciegas, , a través del
angosto pasadizo, las paredes de piedra que revelaban la antigüedad del lugar y el
paso del tiempo. Suspiró, preguntándose quien habría llamado a la habitación de
Teresa, y los remordimientos volvieron a su mente.
AUTOR: PABLO GIMENEZ
Desde Geishas.net deseamos que les guste nuestro nuevo proyecto de relatos eróticos junto a escritores maravillosos como lo es PABLO GIMENEZ.